El presidente Javier Milei anunció un superávit fiscal histórico en Argentina, marcando un hito en la estabilización económica. Detrás de este logro se encuentra un riguroso plan de ajuste que generó resultados tangibles, incluyendo una notable desaceleración de la inflación. En su cadena nacional, el mandatario liberal recordó que no queda otra alternativa, pero que los frutos del sacrificio ya están a la vista.
Mediante una transmisión nacional, el Presidente Javier Milei anunció que el Sector Público Nacional (SPN) logró un superávit financiero de $276.638 millones de pesos al cierre de marzo, marcando el tercer mes consecutivo con resultados positivos después del pago de intereses. Según el Ministerio de Economía, el superávit primario del SPN alcanzó los $625.034 millones en el mismo período, destacando una consolidación fiscal que no se veía desde 2008, representando el 0,2% del PBI para el primer trimestre de 2024.
Este ajuste fiscal ha focalizado recortes en distintas áreas, incluyendo gastos en obra pública, transferencias al sector privado, transferencias a provincias, racionalización del personal público, simplificación administrativa y eliminación de organismos descentralizados y pauta publicitaria para medios de comunicación.
La estrategia de disciplina fiscal busca contener la inflación y frenar el financiamiento monetario del déficit fiscal. Desde diciembre, el Banco Central ha cesado la transferencia de Adelantos Transitorios al Tesoro Nacional, acompañado por un plan para reducir los pasivos remunerados en relación al PBI, resultando en acumulación de divisas y reservas netas positivas por primera vez desde abril del año anterior.
Bajo la dirección del Ministro de Economía Luis Caputo, el ajuste ha reducido el déficit fiscal del 4,4% del PBI en diciembre de 2023 al 2,8% en febrero, profundizándose tras los anuncios del Presidente Milei en marzo. Esto representa un cambio significativo, ya que el déficit acumulado de 12 meses se redujo al 0,6% del PBI al cierre de febrero.
Este plan, concebido como respuesta a la hiperinflación heredada del gobierno anterior, ha mostrado resultados tangibles. La inflación, que alcanzaba niveles desorbitantes, ha experimentado una marcada desaceleración. Los datos mensuales del INDEC muestran una caída del IPC al 11% en marzo, y del 5% en los precios mayoristas. Este declive sin precedentes en la inflación desde la era de la Convertibilidad representa un hito en la estabilización económica del país.