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Javier Milei desafía a Davos: “¡Viva la libertad, carajo!”

En un discurso enérgico durante la 54° Reunión Anual del Foro Económico Mundial en Davos, el Presidente Javier Milei arremetió contra las corrientes socialistas y colectivistas, defendiendo el capitalismo de libre empresa como la clave para erradicar la pobreza global. Con un llamado a la acción, Milei desafió las ideas predominantes y afirmó que Occidente enfrenta una amenaza inminente, ofreciendo a Argentina como aliado incondicional en la búsqueda de la libertad.

Durante su participación en la 54° Reunión Anual del Foro Económico Mundial en Davos, el Presidente Javier Milei pronunció un discurso contundente en contra de las medidas socialistas, socialdemócratas y colectivistas que prevalecen en organismos internacionales y diversos gobiernos en el mundo.

Ante una audiencia internacional, Milei destacó la importancia del capitalismo de libre empresa como la única herramienta efectiva para erradicar el hambre y la pobreza a nivel global. Sus palabras fueron precedidas por la presentación de Klaus Schwab, fundador del Foro, quien abandonó el escenario al inicio del discurso de Milei.

El mandatario argentino había anticipado su visita a Suiza con el propósito de “sembrar las ideas de la libertad en un foro contaminado por el socialismo”. Cumpliendo con su objetivo, focalizó su discurso en la defensa del ideario libertario y el enfrentamiento con las ideas globalistas.

Milei expresó su preocupación sobre la amenaza que enfrenta Occidente, argumentando que aquellos encargados de defender sus valores han caído en una visión del mundo que conduce inevitablemente al socialismo y, por ende, a la pobreza. Su discurso estuvo dirigido a cuestionar el intervencionismo, la dependencia estatal y cualquier forma de control sobre las vidas de millones de personas.

Enfrentando las diversas corrientes colectivistas presentes en Occidente, Milei afirmó que, en el fondo, no hay diferencias sustanciales entre ellas, ya que todas abogan por la idea de que el Estado debe dirigir la vida de los individuos. Hizo hincapié en que los experimentos colectivistas no resuelven los problemas, sino que son la causa de los mismos.

Rememorando el pasado de Argentina, Milei compartió su análisis sobre el modelo de libertad adoptado en 1860, que llevó al país a convertirse en la principal potencia mundial en solo 35 años. Por otro lado, señaló cómo el abrazo al colectivismo en los últimos 100 años condujo a un empobrecimiento sistemático, relegando al país al puesto 140 a nivel mundial.

El presidente cerró su intervención con una frase enfática: “Que nadie les diga que su ambición es inmoral. El Estado no es la solución, el Estado es el problema mismo. Ustedes son los verdaderos protagonistas de esta historia y sepan que a partir de hoy cuentan con Argentina como un aliado incondicional. ¡Viva la libertad, carajo!”.

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