El ex intendente Zabaleta dejó un municipio con más de 1800 millones de deuda según el acta de traspaso que él mismo firmó y más de 1000 “empleados fantasma” que metió para su campaña: no aparecen ni cumplen tareas.
Hoy el municipio debe mucho más de lo que entra. Algunas cifras preocupantes son los casi 1100 ñoquis que entraron a la municipalidad el último año, durante la campaña electoral de Zabaleta. Y a tono con este modo en que la casta despilfarra los aportes de los contribuyentes: hoy el municipio está quebrado, debe cuatro veces lo que tiene en caja.
¿Cuál es el costo de tamaño despilfarro? Los resultados están a la vista: el municipio cuenta con 40 patrulleros, pero la semana pasada solo 14 estaban en condiciones de funcionar, y ni siquiera patrullaban porque faltaba plata para la nafta. El hospital municipal de Hurlingham no tiene insumos básicos como gasas y jeringas.
Así dejó Zabaleta el municipio. Cuando perdió la interna, dejó de pagar los gastos más corrientes (llevando los recursos de las arcas públicas a su caja propia) y acumuló meses de deuda. En números concretos: en el acta pública de traspaso, Zabaleta dejó 448 millones de pesos en la cuenta corriente pero una deuda de 1816 millones de pesos. ¿En qué gastó la casta zabaletista los recursos si el distrito nunca estuvo tan abandonado como el último año?