En lo que va del año, el ente de Turismo del Gobierno de la Ciudad que dirige el candidato lleva acumulados como “ampliaciones presupuestarias” más de 10.000 millones de pesos. En Hurlingham “tapizó” el municipio entero con costosísima cartelería urbana y financia una campaña sucia por redes.
La casta olfatea el final y no tiene tapujos a la hora de hacer caja, tanto para la política cómo para sus arcas personales. Este es el caso del “concejal ad honorem” y candidato de Juntos por el Cambio en Hurlingham Lucas Delfino.
Pero, ¿de dónde sacó los fondos para la costosísima cartelería que hoy “tapiza” Hurlingham? ¿Cuánto cuesta la campaña sucia que lleva adelante a través apps con una enorme base de datos de Capital Federal? ¿Saben los pagadores de impuestos porteños en qué está usando su dinero este corrupto?
Resulta que Delfino, ex–delfín de Horacio Rodríguez Larreta, es el director del Ente de Turismo porteño. Un organismo oscuro que fue creado para “hacer caja”, el problema es que al “cajero” se le fue la mano y ahora está envuelto en un escándalo para justificar toda la que se llevó en gastos de “publicidad”.
El Ente de Turismo de la Ciudad de Buenos Aires entre abril y septiembre de 2023 acumuló “ampliaciones presupuestarias” (es la forma en que describen el robo simple y llano) destinadas a “publicidad y propaganda” por la módica suma de “10.000 millones de pesos”. Lo escandaloso es que el presupuesto original sancionado por la Legislatura porteña para el ejercicio 2023 era de 3.260 millones de pesos de los cuales ya el 63% (2.064 millones de pesos) correspondían a publicidad y propaganda.
Esto indica, sin temor a ruborizarse, que la casta deja explícito por escrito y antes los ojos de quien quiera leer que de cada 1.000 pesos 600 ya estaban destinados para “propaganda”. Si sumamos, entre el presupuesto aprobado más las “ampliaciones”, la suma asciende a 15 millones de dólares gastados en publicidad. Cuesta creer que esa publicidad sea destinada al fortalecimiento del turismo porteño y no sea caja para la campaña propia del “concejal ad honorem” de Hurlingham.
El robo es tan descomunal, que las “ampliaciones” de Delfino para turismo superan el mismísimo presupuesto aprobado para obras de infraestructura del Ministerio de Educación porteño (8.796 millones de pesos) y del Ministerio de Salud (10.981 millones de pesos) respectivamente, lo que constituye una verdadera vergüenza.