fbpx class="post-template-default single single-post postid-832 single-format-standard wp-custom-logo wp-embed-responsive left-sidebar offcanvas-on twp-single-default">

¿Qué es “La Mastur”? La “banda” local que atemoriza a San Damián y responde a Zabaleta

Una banda poli-rubro que trabaja para el intendente, vive del estado y deja su marca en cada esquina.

Recluta jóvenes en las zonas marginales como mano de obra barata y en los barrios nadie puede desconocerla, pero sí le temen. Por eso, cuando preguntamos a un vecino que vive a media cuadra de una de sus pintadas si sabe qué es “ese mural” deja de hablarnos y apura el paso. Personalista y vertical, esta “banda” controla el territorio y tiene su fortaleza en el centro de San Damián, se llama “La Mastur”.

Pero se acortan los tiempos y las evidencias son cada vez mayores, esta organización que responde al intendente nos tiene acostumbrados, a quienes vivimos y tributamos en Hurlingham, a ver su firma estampada en cada esquina del distrito, como una forma de decir: “¡Cuidado! Estás en nuestro territorio”. Pero, ¿quiénes son?

Su historia no es nueva, se remonta a los comienzos tropezados de un miembro de la casta: el peronista Juan Zabaleta. Allá por los años 90 cuando el municipio de Morón acababa de ser subdividido, dando paso al nacimiento de Hurlingham e Ituzaingó. En el origen, los miembros de “La Mastur” están vinculados al fútbol, y a lo que en ese entonces era un incipiente negocio: Zabaleta los contrataba para las pintadas de campaña y algún “trabajo puntual”.

Pero lo que antes crecía “a la sombra de”, ingresó al organismo para comerlo por dentro como un hongo. Con el correr de los años y el ascenso del político peronista, la “banda” fue creciendo, fusionándose cada vez más con el Estado, hasta incrustarse como lo hace un microbio en un organismo mayor y comerlo por dentro, y así llegar a controlar todo el municipio.

Fueron sus años de gloria: un Zabaleta que estrenaba la intendencia y les garantizaba cada baldosa del distrito, les dejaba también una banca (Sebastián Gaona) en el Concejo Deliberante. La misma que lograron en 2017 con un lugar en la lista de concejales de Unidad Ciudadana, liderada por La Cámpora.

Pero la casta sabe que los tiempos de libertad están llegando y la sociedad no soporta más mirar para otro lado. Este tipo de formas, que podríamos denominar la casta de Morris, tienen fecha de vencimiento. A este cambio de época, se le suma una lucha intestina: el fallecimiento de su líder “Juandy” en el último año. Éste era quien lograba adiestrar a la jauría, pero su ausencia desató una fuerte disputa interna por ver quién se queda con el liderazgo. Y en los últimos meses, sumado al crecimiento general del narcotráfico en el conurbano, ocurrieron enfrentamientos con otras bandas, así quedaron en evidencia una vez más.

¿Hasta cuándo vamos a soportar quienes vivimos y tributamos en Hurlingham callar este secreto a voces? ¿No tendría el intendente que dar explicaciones públicas respecto de cuál es su vínculo con la organización y cuáles son sus fuentes de financiación?

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Close